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Ansiedad por separación

Y DESPUÉS DE TANTOS DÍAS JUNTOS… ¿CÓMO GESTIONAR LA ANSIEDAD POR SEPARACIÓN?

Como madres, tener la oportunidad de compartir con nuestros bebés un contacto tan prolongado e intenso como el que estamos viviendo ahora mismo es algo absolutamente extraordinario. Sí, muy cansado y caótico a veces, también. Pero resulta una oportunidad innegable de disfrutar la maternidad.

Sin embargo, una vez que pasen estos días (¿semanas?, ¿meses?…)… ¿cómo abordaremos la separación? ¿Cómo hacer la transición de un contacto tan intensivo y extensivo como el actual a una rutina más habitual que incluye el regreso al mundo laboral?

¿Por qué es normal la ansiedad por separación?

Aunque en etapas prolongadas fuera de la escuela, los niños que ya son un poco más mayores echan en falta sus amigos, rutinas y profesores; veréis que en su gran mayoría suelen estar encantados de compartir el tiempo con papá y con mamá.

Más aún si tenemos en cuenta a los bebés… Y es que, en los primeros meses de vida, el bebé es una prolongación de la madre, ya que no tiene consciencia de existir de forma individual por sí mismo; por eso los brazos de mamá, su olor y su alimento es el mayor confort que un recién nacido puede encontrar.

Según va a avanzando en su desarrollo, el bebé comienza a ser consciente de su propio ser; sin embargo, la presencia de su madre y de su padre sigue siendo para él garantía de seguridad, apego, confort, afecto. Por eso, sobre los 8 meses desarrollan lo que se llama “ansiedad por separación”, que no deja de ser su forma de demostrar su desacuerdo ante la desaparición de sus padres en determinados momentos.

Esta etapa -que puede prolongarse más allá aún del primer año de vida- aunque dura para ellos y para nosotros, es un eslabón más en el correcto desarrollo de los bebés. Y, por ello, debemos entenderla como tal y aceptar que responde a su instinto natural y evitar convertirla para nosotros en un foco de preocupación.

Entender la angustia por separación

Ansiedad por separación

Los bebés durante el primer año de vida no tienen la madurez racional para entender que el hecho de que no vean a papá o mamá no significa que les hayan abandonado. Son incapaces de entender que no han desaparecido si no que están en el trabajo o, incluso, en la habitación de al lado. No saben si va a volver y, lo que es peor, no entienden siquiera por qué no está.

Y es por eso que utilizan todas las armas a su alcance (lloros, gimoteos, pucheros, etc.) para evitar por todos los modos posibles que se dé esa situación de separación.

Para entenderlo mejor, imagina que estás en el parque y que, de repente, tu bebé desaparece: no sabes dónde está, con quién estará, cómo encontrarle… ¡qué angustia, ¿verdad?! Pues esa sensación normal ante lo desconocido es exactamente lo que experimentan nuestros bebés cuando nos marchamos.

Consejos para gestionar la ansiedad por separación

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¿Significa esto que no podremos volver a la rutina para no separarnos de nuestros bebés? En un mundo ideal aceptar la necesidad de apego de nuestros hijos en esta etapa y poder darle cobertura sería la mejor opción.

Pero la realidad es que tras este confinamiento, o en casos como la vuelta de una baja o excedencia, tendremos que lidiar y gestionar de forma habitual con esta situación. Así que algunos consejos pueden ayudar:

  • Recuerda que es una etapa y que responde a un desarrollo normal del bebé. No se trata de que esté malcriado o tenga ‘mamitis’. Y, por tanto, tampoco se trata de que estés haciendo nada mal.
  • Tener lo anterior en cuenta ayudará a que te mantengas mucho más calmada. En muchas ocasiones, en los episodios en los que nuestro bebé muestra su angustia por la separación somos nosotras las que acabamos con mucha más ansiedad (y durante un tiempo más prolongado) al creer que no estamos gestionando de forma adecuada la situación.
  • En la medida de lo posible, y especialmente si tu bebé está en esta etapa, no introduzcas separaciones simultáneas: por ejemplo, hacer coincidir el inicio (o regreso) de la escuela infantil, con que deje de dormir en tu cama/habitación, etc. Una cosa de cada vez.
  • Explícale lo que va a suceder: aunque son bebés y puede parecer que no lo entiendan todo, ayudarás muchísimo a su seguridad si siempre le cuentas por adelantado lo que va a suceder: dónde se quedará, quién le cuidará, etc.
  • Aplica rutinas de despedida: escabullirte sin que te vea para evitar unas lágrimas no es una buena opción, ya que tu bebé se sentirá mucho más desamparado. No alargues la despedida, pero sí mantenla.
  • Cuéntale cuándo vas a volver y cumple tu promesa: sé concreta a la hora de explicarle cuándo regresarás (después de la siesta, o antes de la merienda, o al volver del patio…). Y, sobre todo, trata de que siempre se cumpla, ya que ayudará en gran medida a que él vaya desarrollando su confianza y que, poco a poco, las separaciones le resulten más llevaderas.
  • Jugar al cucú tras, sin duda un juego muy popular que ayuda a entender la permanecía del objeto o persona. Primero puedes taparte tú, luego al bebé, algún objeto, animal… que tu bebé vea como desaparece pero enseguida vuelve.

Aplicando estos consejos y manteniendo la paciencia, calma y control de la situación contribuirás a reducir esa ansiedad y a fomentar su confianza.

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Sobre Natalia González

Soy Natalia González

Diplomada en magisterio infantil, licenciada en Psicopedagogía y emprendedora.

Mamá de tres hijos maravillosos. Con mi primera hija, no solo tuve una niña preciosa, si no también la necesidad de reenfocarme en aquello que me encanta: la estimulación temprana, aplicándola siempre a través del juego y respetando el ritmo único y propio de cada bebé.

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