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PROPIOCEPCIÓN: ¿QUÉ ES Y CÓMO ESTIMULARLA?

A la hora de trabajar del desarrollo de los bebés durante el primer año a través de la estimulación temprana se hace especial énfasis en potenciar toda aquella información que los peques reciben desde los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto); ya que esta primera información sensorial es la base de su aprendizaje sobre el mundo que les rodea.

Sin embargo, a esta concepción clásica de los 5 sentidos, desde la perspectiva de la estimulación temprana y el desarrollo infantil hay que añadir dos más: el sistema vestibular y la propiocepción. Si bien los 5 sentidos clásicos definen la vía de recepción de estímulos externos, tanto el sistema vestibular como la propiocepción se refieren a sentidos internos, a través de los que se procesa información del funcionamiento interior del cuerpo de los bebés.

En este post vamos a centrarnos en la propiocepción: entender qué significa, por qué es importante y cómo podemos potenciar su estimulación. Pero si también quieres saber más del sistema vestibular, no dudes en echar un vistazo a esta información.

¿QUÉ ES LA PROPIOCEPCIÓN?

La propiocepción o sistema propioceptivo reúne y clasifica o procesa toda la información que recibe procedente de la piel, los músculos y las articulaciones. Su objetivo es ayudarnos a entender dónde está cada parte de nuestro cuerpo en cada momento, cómo se mueve y cuánto esfuerzo necesita realizar para llevar a cabo ese movimiento.

Los bebés, durante su desarrollo, cada vez van recopilando más información y enviándola al cerebro desde el sistema propioceptivo. Y, en realidad, esta es la clave para que sus movimientos evolucionen tan rápido y vayan encaminándose cada vez a ser más y más precisos.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA PROPIOCEPCIÓN?

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Como veíamos, el sistema propioceptivo -cuando se desarrolla adecuadamente- nos permite saber en cada instante dónde están todas las partes de nuestro cuerpo sin tener que utilizar otro sentido (la vista o el tacto, por ejemplo) para cerciorarnos. Por ejemplo, cuando estamos sentados y cruzamos casi de forma inconsciente nuestras piernas, no necesitamos para levantarnos mirar hacia ellas para saber qué debemos descruzarlas al iniciar el movimiento o si no nos caeremos… Este tipo de acciones son posibles, por tanto, gracias a que el sistema propioceptivo trabaja correctamente ????

Ahondando un poco más, aunque de forma resumida, su importancia radica en las funciones de las que se encarga:

–        Coordinar el movimiento: como en el ejemplo anterior, la propiocepción nos permite realizar todos los movimientos sin tener que cerciorarnos previamente de dónde está cada parte de nuestro cuerpo. Esto implica multitud de actividades cotidianas, como puede ser llevar el tenedor a la boca sin pincharlos la cara (sabemos exactamente dónde está nuestra boca aunque no estemos comiendo frente a un espejo) o movernos sin apenas tropezarnos porque nuestros miembros no chocan unos con otros: saben del posicionamiento de los demás. Es lo que se conoce como un ajuste automático de las posturas.

–        Estimar la fuerza necesaria para llevar a cabo cada actividad: ¿alguna vez te has parado a pensar cómo sabes qué fuerza debes hacer para levantar un vaso, sin que salga volando? ¿O para deslizar el lápiz por el papel sin que se arrugue o rompa? Estos movimientos del todo inconsciente son posibles gracias a la coordinación del sistema propioceptivo.

–        Conocer el propio cuerpo: cuando nacen, los bebés no tienen aún la consciencia o percepción de cada una de las partes de su cuerpo. El desarrollo del sentido propioceptivo es lo que va a impulsar el que primero reconozcan sus manos, luego los pies, la cara y así sucesivamente con todos los elementos que conforman su cuerpecito. Es por eso que durante los primeros meses manos y pies se vuelven fundamentales en su actividad o juego, puesto que es su forma de exploración e integración ????

¿cómo se estimula LA PROPIOCEPCIÓN?

El movimiento siempre va a ser el mejor aliado para potenciar el desarrollo propioceptivo: a través de sus movimientos (adecuados siempre a cada etapa de su evolución) los bebés irán recopilando información y fortaleciendo ese sistema propioceptivo para potenciar su funcionamiento.

La interactuación libre con el entorno y potenciar sus movimientos y exploración son herramientas fundamentales de cara a estimular la propiocepción del bebé.

Pero, además, durante el primer año del bebé, una fórmula genial para estimular su sistema propioceptivo es… ¡el masaje!: el contacto de nuestras manos con las diferentes partes de su cuerpo les ayuda a potenciar ese autoconocimiento  y a activar el área del cerebro que recibe la información del sistema propioceptivo, por lo que -además de por los otros beneficios que también aportan- resulta una gran idea incorporarlos a la rutina diaria de los más peques.

Y como tercera opción, también muy interesante, esta el promover el juego con espejos, ya que es una manera increíble de trabajar la propiocepción y que vayan autoconociéndose. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hasta los 6 meses es muy probable que puedan jugar con la imagen pero sin darse cuenta de que se trata de ellos mismos…

Por supuesto, la propiocepción es uno de los elementos que se tienen en muy en cuenta en todo el programa de estimulación desarrollado en la Escuelita de Mi Otro Yo: mes a mes encontrarás propuestas de juegos y actividades adaptadas a la etapa evolutiva de tu peque para potenciar este sistema propioceptivo.

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Sobre Natalia González

Soy Natalia González

Diplomada en magisterio infantil, licenciada en Psicopedagogía y emprendedora.

Mamá de tres hijos maravillosos. Con mi primera hija, no solo tuve una niña preciosa, si no también la necesidad de reenfocarme en aquello que me encanta: la estimulación temprana, aplicándola siempre a través del juego y respetando el ritmo único y propio de cada bebé.

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